VI. ART NOUVEAU

El Art Nouveau, o modernismo en España, es el término atribuido a la corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo XIX y principios del XX.

Los artistas de esa época pretendieron romper con los estilos más rígidos y trataron de crear una estética nueva, basándose en la naturaleza, a la vez que incorporaron novedades derivadas de la revolución industrial. Las principales características de este arte es el uso profuso de elementos de origen natural especialmente de vegetales y las formas redondeadas que envuelven el motivo central. También es frecuente el uso de imágenes femeninas, las cuales se representan en actitudes delicadas y gráciles, con ondas en los cabellos y pliegues en las vestimentas. 

El modernismo se extendió en todas las artes gráficas: en el diseño de cubiertas de libros, en ilustraciones de revistas, posters, etc. Destacan artistas e ilustradores como Aubrey Beardsley y Alfons Mucha. Además de los conocidos pintores: Gustav Klimt y Toulouse-Lautrec.

El arte japonés supuso una fuerte influencia en los artistas del momento, su composición, su manera de plasmar la naturaleza, la luminosidad de los colores y la expresividad de los contornos estimularon a un gran número de artistas. Además, en las artes decorativas japonesas, el valor que se le concede al objeto y a su técnica fue muy en consonancia con la batalla del Arts and Crafts Movement por romper las barreras existentes entre las Bellas Artes y las Artes Decorativas, consideradas un arte inferior. Todos los centros de creación plasmaron en su producción su particular visión del arte japonés. La última década del siglo XIX vio florecer una sociedad industrializada y los artistas mostraron su rechazo proclamando una vuelta a la naturaleza. Ante el avance de la producción en masa de la máquina, se proclamó la defensa de la artesanía y de los procesos. El resultado fue uno de los periodos más fecundos de las artes decorativas.


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