X. GENERACIÓN DEL 27
Saltaron a la palestra en el año 1927, a través del tributo organizado con motivo del aniversario de los 300 años de la muerte de Luis de Góngora, la "Generación" nunca estuvo realmente unificada en un grupo homogéneo. En su lugar, las diferentes posturas dentro del grupo, en ocasiones contradictorias, tenían que ver entre sí en su intención de romper con los patrones de la tradición y forjar nuevas tendencias que explorasen la realidad de manera creativa.
Los artistas buscaban aportar una vía de escape a la gente que estaba sufriendo calamidades durante los tumultuosos años que precedieron al estallido de la Guerra Civil, alejándose del discurso dominante. Por desgracia, a los intelectuales en general, y en particular a aquellos que pertenecían a la Generación del 27, no les fue bien durante la guerra, como quedó cruelmente demostrado con la ejecución de Federico García Lorca. Tan sólo unos días después de estallar el conflicto fue secuestrado y asesinado, y nunca más se supo de él ni de sus restos. Otros miembros tuvieron que enfrentarse a un final prematuro que causó un golpe de efecto para todos aquellos involucrados en el grupo.
En conjunto, la obra literaria de la Generación se encuadra dentro de la poesía. Sin embargo, mucha de la poesía producida durante sus últimos años se alejó de la perfección formal, para ir introduciendo regularmente la música en sus trabajos. Evidentemente, esto es una generalización sobre el conjunto de obras producidas por este grupo. Una mirada más de cerca a la obra de cada uno de estos poetas revela el nivel al que exploraron los distintos, y a veces contradictorios, caminos escogidos por ellos. Los diez miembros originales de la Generación del 27 eran: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerado Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirr y Emilio Prados.
Mención aparte merece el subgrupo de las Sinssombrero. Dentro del Grupo del 27 existieron, crearon y triunfaron una generación de mujeres pintoras, poetas, novelistas, ilustradoras, escultoras y pensadoras, de inmenso talento que no sólo gozaron en su tiempo de éxito nacional e internacional, sino que a través de su arte y activismo desafiaron y cambiaron las normas sociales y culturales de la España de los años 20 y 30.
El nombre responde al gesto de quitarse el sombrero en público que protagonizaron Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca en la Puerta del Sol. "Nos apedrearon llamándonos de todo", relata la misma Mallo en unas grabaciones tras volver del exilio.
Madrid fue la ciudad donde la gran mayoría de ellas residieron, estudiaron y desarrollaron su actividad artística. Abiertas a nuevos conceptos de modernidad y a las corrientes de vanguardia que provenían de Europa, fueron también las recuperadoras de la tradición popular. Profundamente comprometidas con su tiempo y su realidad social, su actitud fue rompedora y abierta, transformando el panorama cultural y artístico de una España convulsa.
Sus aportaciones están todavía poco estudiadas y, en su gran mayoría, han quedado al margen de las antologías y los manuales de arte y literatura hasta nuestros días, aunque desarrollaron una actividad constante y destacada en campos tan variados como la escritura, la pintura, la escultura, la ilustración o la filosofía.
Se cuentan entre las mujeres que tuvieron ese enorme peso en la vanguardia artística de principios del siglo XX nombres como Maruja Mallo (Vivero 1902-Madrid 1995), pintora; Rosario de Velasco (Madrid 1904-Barcelona 1991), pintora; Marga Gil Roësset (Madrid 1908-Las Rozas 1932), escultora, ilustradora y poeta; María Zambrano (Vélez-Málaga 1904-Madrid 1991), filósofa; María Teresa León (Logroño 1903-Madrid 1988), escritora; Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1907-Madrid 2002), poeta; Rosa Chacel (Valladolid 1898-Madrid 1994), escritora; Ernestina de Champourcín (Vitoria 1905-Madrid 1999), poeta; Concha Méndez (Madrid 1898-México 1986), escritora; Margarita Manso (Valladolid 1908-Madrid 1960), pintora; o Ángeles Santos (Portbou 1911-Madrid 2013), pintora y artista gráfica.
Las artistas españolas del 27 reivindicaron su papel intelectual no solo sobre su propia figura, sino sobre la vida cultural que las rodeaba. Así, es fácil seguir la pista de muchas ellas en publicaciones de la época, haciendo reseñas sobre libros, opinando sobre arquitectura y formando parte de una ajetreada agenda social.
Reflexionaron, además, sobre la iconografía propia de la feminidad. Este detalle puede comprobarse incluso a la hora de denominarse. Empiezan a imponerse fórmulas como “autora”, “escritora”, “pintora”...
El trazo más relevante es, sin duda, la introducción de un perfil femenino consecuente a su realidad en sus obras. La mujer se convierte en un personaje pictórico y literario fuerte, emancipado, que lucha contra su destino. Se representan grupos de mujeres con un look moderno, fumando o en actitud intelectual. Las personalidades son fuertes e independientes y hacen suyo un espacio que, hasta el momento, solo estaba permitido a los hombres.
![Resultado de imagen de las sinsombrero](https://images.eldiario.es/cultura/Sinsombrero-Manuel-Jimenez-Serrana-Torres_EDIIMA20160226_0685_18.jpg)
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