IX. ESPECIAL ARQUITECTURA
Como el arte de vanguardia en general, la arquitectura de comienzos del s. XX buscó posicionarse contra lo establecido, dar primacía a la creatividad y la experimentación. Los arquitectos e ingenieros de entonces aspiraron a dar forma a una arquitectura moderna universal que transformara las convenciones anteriores, lo que les generó, sobre todo en el caso de los futuristas, impopularidad: la temida incomprensión del público.
En arquitectura, los primeros movimientos de vanguardia destacaron por su componente visionario (en relación con el futurismo y el expresionismo), su rechazo a la decoración, tal y como había defendido Adolf Loos, y su maquinismo ingenieril a veces utópico: la primera arquitectura vanguardista a veces puso más empeño en la gestación de proyectos soñados, dibujados sobre el papel, que en la materialización de los prácticos.
Podemos considerar que el primer país donde se dejó notar la vanguardia arquitectónica fue Italia, por el peso allí del movimiento futurista. Centroeuropa le seguiría los pasos.
Cubismo y futurismo contribuyeron a generar espejismos entre lo que se pintaba y lo que podía construirse, aunque el cubismo fue aún más utópico que el movimiento de raíz italiana, porque solo pudo manifestarse en pinturas y esculturas, nunca en arquitecturas o planes urbanísticos. No obstante, hacia 1911 los intelectuales checos conocedores de la arquitectura de Otto Wagner y de la pintura cubista parisina debatían y ensayaban en Praga los posibles nexos entre los objetos que se componían y descomponían de Braque y Picasso y las relaciones espaciales, fijándose también en Delaunay.
Algunos arquitectos desarrollaron edificios con cierta influencia cubista y también del gótico tardío, en este último caso presente sobre todo en cerramientos abovedados que permitían estructuras casi abstractas. También se inspiraron en el sentido decorativo del Art Nouveau.
Los almacenes de la Virgen Negra de Josef Gočár (1911-1912) destacan por su fachada, interrumpida por acristalamientos en sus tres pisos. Juega con formas prismáticas, generando luces y sombras visibles en la calle, sobre todo cuando caen los rayos del sol, dando lugar a efectos ópticos de descomposición. También se acristalaron su buhardilla y su puerta de entrada, cuyas columnas presentan capiteles de esquema prismático. El edificio se construyó en hormigón y prescindiendo de decoración.
Los Apartamentos Hodek de Josef Chochol (1913-1914) se modelan a través de cubos y prismas, enteramente mediante líneas horizontales y verticales. Sus ventanas son también hexagonales y la cornisa, dentada, se remata con formas de diamantes que introducen la impresión de dinamismo. En el interior, las habitaciones poligonales también nos hablan de la huella cubista.
En 1912 nació la Section d’Or y Duchamp-Villon se esforzó por crear una casa cubista, no demasiado original salvo por las formas prismáticas de su ornamentación, mezcladas con elementos del Art Nouveau. Del Jardín cubista que en 1925 planeó Robert M. Stevens para la Exposición de Artes Decoarativas de París no queda nada.
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